Esto no es de cosecha propia.
Ha llegado a mí gracias a una de las redes sociales que muchos utilizamos. Le pedí permiso al autor para poder difundir el mensaje, y aquí os lo dejo.
Me siento solidarizada con esta profesora totalmente.
Tal vez elegí el camino más fácil al decidir no ejercer el magisterio, porque emociones y sensaciones como las de esta docente son a las que no me siento preparada para enfrentarme dentro de un aula, porque me indigna muchas veces la sociedad en la que vivimos.
Menos mal que existe gente con más valor y voluntad que está en las aulas día a día y lucha para salvar este mundo de la ignorancia. Aunque es un camino con muchos obstáculos.
Soy consciente de que muchos se sentirán aludidos e identificados por lo que se dice en la carta, y otros, que espero sean los más, compartirán la opinión de este texto.
